jueves, 28 de julio de 2011

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Hay despedidas que son mucho más que un paso adelante y ni una mirada atrás. Hay adioses tan dolorosos que el final que representan supone un desafío tanto a los sentidos como a la memoria, tantas veces juntos, casi siempre para llorar. No ver nunca más a Paul Scholes sobre el verde de Old Trafford significa todo eso, pero su ausencia va más allá de una simple cuestión nostálgica. El colorado, el más especial de los Fergie Boys, ha dejado con su retirada un hueco que parece imposible de rellenar, no sólo en nuestro paladar, sino también en el ámbito más pragmático del juego, ya que Alex Ferguson no está encontrando un mediocentro con la capacidad futbolista necesaria para reemplazar al genio de Salford. Su juego era arte y oxígeno, sol y carbón. Imposible de olvidar; complicadísimo de sustituir.


En el verano de 1999, tras finalizar la mejor temporada en la historia del Manchester United, Peter Schmeichel abandonaba el club. El meta danés, probablemente el mejor de siempre de los red devils, dejaba con su salida un agujero que Ferguson tardó años en tapar. Sin Schmeichel, el United no volvió a repetir los éxitos de los ‘gloriosos noventa’ y Sir Alex empezó a escarbar sin tapar el hoyo, apostando por porteros de todo tipo y condición con una única cosa en común: todos fracasaron, desde Barthez a Howard, sin olvidarnos de Bosnich, Taibi, Ricardo o Carroll. Cada uno de ellos suponía un nuevo error, incrementándose la añoranza hacia el gigante danés, hasta que la enésima apuesta del escocés, Van der Sar, llegó a Old Trafford para romper todas las marcas y todos los mitos. Pero la final de Wembley de este año ha supuesto el final de la carrera del holandés, y para que no se repitiese la misma historia que hace doce años, Ferguson ha apostado fuerte por el joven De Gea, fichaje de futuro –y, por ende, de riesgo– pero de calidad.

Ahora, el United corre el peligro de no reforzar otra posición clave como la portería: el mediocentro. Con la baja de Paul Scholes, el equipo del noroeste inglés sufre una clara descompensación en el centro del campo con respecto a sus otras líneas, mucho más fuertes. Pese a que las lesiones le lastraron las dos últimas campañas, el pelirrojo seguía siendo el único futbolista de la plantilla capaz de iniciar el juego y a la vez terminar la jugada, bien con un tiro o con un pase definitivo. Y sólo él sabía regular el ritmo de los partidos, jugar en corto y desplazar el balón cuarenta metros en diagonal (¡oh!). La de Scholes es una pérdida durísima, pero no tanto por su incidencia en los grandes partidos de los últimos meses, sino por lo que aún, al 70%, podía seguir aportando en determinados encuentros o fases de los mismos. Ferguson ha intentado anticiparse a este momento buscando durante los últimos años al relevo natural de Paul, pero los resultados han sido malos: Anderson, Carrick, Hargreaves y Gibson, por unas razones o por otras, no han podido suceder con éxito al 18, por lo que el técnico de Glasgow se inventó una nueva posición para Ryan Giggs, y ahora, tras el final de Scholes y queriendo evitar otros años oscuros como los que sucedieron a Schmeichel, rastrea con ahínco el mercado.


Sin embargo, Ferguson ha dejado claro que Scholes es ‘unico e irremplazable’, por lo que se tendrá que fichar a alguien de ‘condciones diferentes’. Ahí entra en escena Sneijder, mediapunta en el Inter y en su selección, interior ofensivo en el Madrid. El 10 holandés aumentaría el nivel del equipo, pero no está muy claro que Sneijder sea el hombre que necesita el United para dominar los encuentros y ser el único acompañante del otro mediocentro, Fletcher o Carrick. Además, dadas sus claras condiciones de trequartista, obligaría a que Rooney se alejase en muchas ocasiones de la mediapunta, donde tanto nos ha gustado en este 2011. Existen otros nombres encima de la mesa, como Samir Nasri o Paulo Henrique Ganso, pero la mayoría de estos jugadores son enganches, no mediocentros (Modric lo es, por lo que sería un fichaje excelente, pero el jugador quiere permanecer en Londres).

Muchas dudas y pocos días para que se inicie, con la Community Shield, la temporada en Inglaterra. No obstante, el Manchester United ha fichado bastante bien, reforzando la defensa (Phil Jones) y la delantera (Ashley Young), además de la portería, pero sigue faltando la guinda del pastel. Guinda de oro, por escasa y difícil de encontrar, pero absolutamente necesaria por la categoría de los rivales a los que el United se va a enfrentar durante la nueva temporada tanto en las Islas como en Europa. Es el enésimo reto de Ferguson, el más difícil todavía del insaciable y legendario técnico que por primera vez desde 1994 no contará con la ayuda de Paul Scholes.

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