miércoles, 6 de febrero de 2008

Forever remembered, Busby Babes

Ahí estaban, uniformados con camiseta roja, pantolón blanco y negras medias. Alineados enfrente de la repleta tribuna sobre el césped nevado de Belgrado, separados de sus rivales por el trío arbitral y a la espera de que empezara el partido, el último. Era la vuelta de los cuartos de final de la Copa de Europa del ’58, y esos jugadores, los Busby Babes que se enfrentaban al Estrella Roja de Belgrado, el cual sucumbiría ante el mejor equipo británico del momento, el Manchester United. El partido acabó con empate a tres, aunque los visitantes pasaron porque habían ganado en la ida, en Old Trafford, por 2 a 1.

Tras una noche de cánticos y celebración entre las dos plantillas, donde hubo un hermanamiento mutuo, el equipo inglés partió rumbo al Reino, pero nunca llegó a su destino. Tras parar en Múnich para repostar, el piloto intentó despegar por dos veces, pero no pudo. Lo intentó por una última vez, porque así lo quiso el capitán de aquel United, James Thain, pero en eso se quedó, en un intento más. El avión aceleró, pero no se elevó, se quedó en tierras muniquesas, se estrelló y el resto fue fuego y ruidos de hierros y de lamentos. A las 15:04 de esa fatídica tarde, se produjeron los hechos relatados, donde murieron ocho futbolistas del Manchester (Tommy Taylor, Roger Byrne, Eddie Colman, David Pegg, Liam Whelan, Geoff Bent, Mark Jones y Duncan Edwards) y algunos directivos, periodistas y un hincha del Manutd, el único que no se quiso perder a su equipo del alma ni en los balcanes. En total 23 fueron los que perecieron en aquella nevada tarde bávara, más el resto de sobrevivientes que nunca olvidarían tan horroroso momento. Cada uno de ellos, futbolista o no, con una historia majestuosa tras de sí. Pero son tan grandes éstas, que es imposible contarlas aquí, merecen un artículo por separado, quizá más. Desde Duncan Edwards hasta Frank Swift, un periodista que fue leyenda del eterno rival, el City, o los que salvaron su vida, como Sir Bobby Charlton, Bill Foulkes o el propio Sir Matt Busby.



Aquel accidente fue parecido el que sufrió una década antes el mejor Torino de la historia, el de Valentino Mazzola, donde murieron todos los pasajeros al estrellarse contra la catedral de Superga. Pero como aquél, éste de Múnich cortó la progresión de un equipo superior en todos los aspectos y sobre todo jovencísimo, con una media de edad de 24 años, doble campeón de la Liga Inglesa, lanzado a por la tercera consecutiva y, por encima de todo, con la seguridad en sí mismos de saber que eran los únicos jugadores capaces de ganar al mejor Real Madrid de la historia. Habían caído ante ellos el año anterior, ahora solo el Milan le separaba de una final, de un partido que hubiera sido el duelo entre los dos mejores equipos del continente, una lucha de poder grandiosa… pero que el caprichoso destino se negó a regalarnos. Sin embargo, Matt Busby, el que peor lo pasó ya que consideraba a sus jugadores como hijos propios porque se los ‘había robado’ a sus familias para hacerlos futbolistas profesionales y no se los pudo devolver, y Bobby Charlton que vio morir a sus amigos, a sus verdaderos amigos, prometieron a sus aficionados que en la memoria de los fallecidos reconstruirían el Manchester United y volvería a ganar como un día lo hizo con los Babes. Lo cumplieron. Diez años después, en Wembley, el United se coronaría Campeón de Europa ante el Benfica. Matt Busby los dirigía de nuevo, Bobby Charlton goleaba otra vez y Foulkes defendía como siempre. Además se les unió el jugador más genial de la historia del ManU, George Best. Aunque como dijo el legendario técnico, aquéllos no eran los Busby Babes, estos estaban en el cielo, sino que ahora jugaban los Red Devils, apodo que se quedó para siempre en el club de Old Trafford.

Hoy justamente se cumplen 50 años de la mayor tragedia del club mancunian, un día que cambió la historia del Manchester U., pero que la hizo, si cabe, más grande. Durante todo el día se han llevado a cabo diversos actos recordando a las víctimas, desde la afición, pasando por todos los estamentos del club y hasta una misa donde estaban algunos sobrevivientes como Sir Bobby Charlton y personalidades del club tales como Sir Alex Ferguson, Ryan Giggs u Ole Gunnar Solskjaer. Y atención, la leyenda viva más grande del United, el ya nombrado Charlton, les ha dicho a Rooney y a Cristiano Ronaldo que se tiene que ganar la Champions, que este año es muy especial y que hay que hacer lo posible y lo imposible por obtener un trofeo que haría más grande a un equipo legendario, en gran medida debido a esos niños que jugaban al fútbol como nadie en Inglaterra y que quién sabe a donde hubieran llegado en Europa. Pero Bobby quiere ver como su equipo le brinda una nueva Copa de Europa a sus amigos. Sin embargo, no hay mejor título, victoria, que el reconocimiento constante, el recuerdo año tras año. Y eso, los Busby Babes, los grandiosos Chicos de Busby, lo han conseguido. Aunque dejaron de existir aquel lejano 6 de febrero de 1958, siguen muy vivos en el recuerdo de los buenos amantes del fútbol. Sí, FOREVER REMEMBERED.

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